El certificado de eficiencia energética es una de las grandes asignaturas pendientes de la mayoría de las viviendas. Ni vendedores  ni compradores suelen dar mucha importancia a la calificación de un inmueble sin pensar que éste es un factor que afecta a sus bolsillos. Si una casa está calificada como de bajo consumo, su valor en el mercado aumenta generando más beneficios para el vendedor y suponiendo para los futuros propietarios un gran ahorro energético a medio y largo plazo.

¿Pero por qué el certificado de eficiencia energética afecta tanto a la calificación de una vivienda? ¿Qué es exactamente? Vamos antes de todo a aclarar conceptos básicos.

El Certificado de Eficiencia Energética es un justificante requerido de forma obligatoria, según lo previsto en el Real Decreto 235/2013 del 5 de abril, a todos aquellos que quieran alquilar o vender un inmueble. Esta medida se inició en el 2013 por parte del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, con el objetivo de conseguir una mejora de energía en todos los países de la Unión Europea. El documento debe incluir por lo tanto todos los aspectos energéticos del domicilio, sobre todo para permitir una evaluación completa y calificación de todos los elementos que forman el inmueble y detectar dónde se producen los gastos innecesarios en instalaciones debidos a malas condiciones de la vivienda o instalaciones. El propietario gracias a esta información, puede aumentar así  la calidad de la vivienda que desea vender o alquilar.

Certificado de eficiencia energética: clasificación de la A a la G

El certificado de eficiencia energética emplea una escala de letras que van desde la A, siendo la más elevada, hasta la G, que es la más baja de todas. Además, viene acompañada de una serie de colores que permite definir cuál es la más energética. Veamos en detalle qué indica cada letra.

A,B y C: viviendas excelentes, alto grado de eficiencia

  • CLASE A: de color verde oscuro, indica el máximo de la eficiencia energética.  La tienen aquellas viviendas más eficientes con un consumo de energía muy inferior a la media y casi nulo.
  • CLASE B: de color verde más claro, indica viviendas de gran calidad que ahorran en consumo energético hasta casi la mitad de lo que consume un hogar medio.
  • CLASE C: de un verde más amarillento, son viviendas eficientes pero no tanto como las de clase A y B, aunque consumen entre un 10% y un 25% menos que la media del mercado.

D y E: viviendas en la media

  • CLASE D: de color amarillo, es para las viviendas «normales» es decir ligeramente mejores que la media, obteniendo unos consumos hasta un 10% inferiores.
  • CLASE E:  de color anaranjadas, son la mayoría de las viviendas con muy poca eficiencia energética.

F y G: viviendas poco eficientes, con mala clasificación energética

  • CLASE F: totalmente naranja. Se trata de inmuebles con más de 40 años de antigüedad que necesitan muchas mejoras energéticas.
  • CLASE G: de color rojo que indica ausencia de eficiencia energética. Son viviendas en muy malas condiciones, con aislamientos inexistentes, mala construcción y sin instalaciones de calefacción adecuadas. Los consumos energéticos son muy altos, alrededor de más del 25% sobre la media.

Ya te habrás dado cuenta de cómo alquilar o comprar una casa con la el certificado de eficiencia energética de tipo A es siempre la mejor opción y te asegura un ahorro significativo en las facturas de la electricidad y el gas durante muchos años.

Lamentablemente aún no hay muchas viviendas con certificado energético de tipo A y ésto es debido al hecho de que la mayoría de propietarios desconozcan cuáles son los sistemas de mayor ahorro a implementar para un consumo eficiente.

Vamos entonces a hablar de estas características de casas a las que ha sido atribuido un certificado de tipo A y se pueden tomar como referencia.

Certificado de eficiencia energética de tipo A, características de la vivienda

1. Doble cristal y rotura de puente térmico

El doble cristal es sin duda un excelente aislante, pero el aluminio es un metal y, por lo tanto tanto, acaba produciendo una pérdida de calor,  para evitar el problema,  se utiliza la técnica de la rotura de puente térmico: es decir, se pone una capa intermedia con un material que no conduzca el calor entre el exterior y el interior del marco de aluminio. El aislamiento que se consigue es así casi total, permitiendo retener el calor en la vivienda y de consecuencia ahorrar en calefacción.

2. Fachada ventilada

La fachada ventilada es un sistema que permite por un lado evitar la absorción de calor en verano y, por otro, su pérdida en invierno. Consiste en el cerramiento en tres capas: hay una hoja interior sobre la que está anclada una capa aislante y, sobre ésta, dejando una cámara de aire de unos centímetros, se coloca otra hoja sólida (piedra, madera…) que a la vez dispone de ranuras en la parte superior e inferior para renovar el aire. Se consigue así una climatización totalmente estable en el interior de la vivienda.

3. Caldera de biomasa

Es un sistema de calefacción de la vivienda alternativo a las caldera de gas. La caldera de biomasa utiliza como combustible materiales orgánicos, obtenidos generalmente de residuos. De esta forma, las emisiones de CO2 son bastante más reducidas.

4. Paneles solares para el agua caliente

Los paneles solares proporcionan la electricidad a las calderas de las que se obtiene agua caliente sanitaria. Las emisiones de gases contaminantes son prácticamente nulas permitiendo además un gran ahorro energético.

Conclusiones: Si la misma vivienda de la que hemos hablado tuviera una clasificación de tipo F, sus consumos energéticos serían mucho más elevados, debido a las malas instalaciones, malos aislamientos o incluso a la combinación de ambos. Hablando de números, podríamos decir que una vivienda tipo F consume aproximadamente el triple que una de tipo C, hasta cinco veces más que una tipo B y hasta diez veces más que una tipo A, en función del uso de las instalaciones.

Recuerda: la inversión puede ser muy alta al principio, pero tener un certificado de eficiencia energética de alta clasificación, te permite con el tiempo conseguir un mayor ahorro y una vivienda con un gran valor de venta en el mercado.

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